Poesías inolvidables |
¿Nada quedará de mi nombre? |
Poesía Náhuatl
De Flor y Canto (In Xóchitl, in Cuícatl)
Los filósofos náhuatls se preguntaban también ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?
Éste párrafo está escrito en
uno de los muros del Museo Nacional
de Antropología de la Ciudad de México:
¿He de irme como las flores que perecieron?
¿Nada quedará de mi nombre?
¿Nada de mi fama aquí en la tierra?
¡Al menos mis flores, al menos mis cantos!
Y fue tomado de esta bellísima
poesía:
Aquí en la tierra es la región
del momento fugaz.
¿También es así en el lugar
donde
de algún modo se vive?
¿Allá se alegra uno?
¿Hay
allá amistad?
¿O solo aquí en la tierra
hemos
venido a conocer nuestros rostros?
¿Acaso son verdad los hombres?
Porque si no, ya no es
verdadero nuestro canto
¿Qué está por ventura en pie?
¿Qué
es lo que viene a salir bien?
¿He de irme como las flores que perecieron?
¿Nada quedará de mi nombre?
¿Nada de mi fama aquí en la tierra?
¡Al menos mis flores, al menos mis cantos!
¿Qué podrá hacer mi corazón?
En vano hemos llegado,
en vano hemos brotado en la
tierra.
Solo he venido a cantar.
¿Qué decís, oh amigos?
¿De que habláis aquí?
Aquí está el patio florido,
a él viene,
oh príncipes, el hacedor de cascabeles,
con llanto, viene a cantar,
en
medio de la primavera.
Flores desiguales,
cantos desiguales,
en mi casa todo es padecer.
Pero, aun cuando así fuera,
si
saliera verdad que sólo se sufre,
si así son las cosas en la
tierra,
¿Se ha de estar siempre con
miedo?
¿Habrá que estar siempre
temiendo?
¿Habrá que vivir siempre
llorando?
Hasta ahora lo comprende mi
corazón:
Escucho un canto, contemplo una
flor,
¡Ojalá no se marchite! |